
Las chinches de cama son insectos hematófagos de cuerpo ovalado y aplanado, sin alas, cuyo color varía del marrón castaño al rojizo tras alimentarse. Los adultos miden entre 4 y 7 mm, un tamaño comparable al ancho de una uña pequeña; las ninfas son versiones más claras y reducidas, que se oscurecen conforme ingieren sangre en cada una de sus cinco mudas. Los huevos son blanquecinos, de 1 mm aprox., con aspecto de grano de arroz diminuto y fuertemente adheridos a costuras o grietas.
Antes de picar, el cuerpo se observa aplanado; tras la comida, adquiere un tono más oscuro y el abdomen se ve más turgente, lo que facilita la identificación si se inspecciona de noche.
Para evitar errores, puede compararse un ejemplar con el borde de una tarjeta o una moneda: un adulto típico no supera el grosor del borde de una tarjeta y su largo es menor que el diámetro del número impreso de una moneda de céntimo. En entornos con actividad confirmada, resulta aconsejable pasar de la observación a la acción con un tratamiento profesional de chinches que corte el ciclo reproductivo.
Una inspección dirigida de 10–15 minutos suele ser suficiente para detectar indicios:
Las manchas negras no se desprenden con facilidad; las mudas son caparazones vacíos con forma del insecto. Localizarlas en cabecero, somier y costuras del colchón es frecuente.
La mayor actividad se concentra de madrugada. Si al encender la luz se observan individuos desplazándose desde el cabecero o las juntas del somier, conviene documentar con fotos y planificar el control. Antes de cualquier actuación, resulta útil revisar la guía de preparación del dormitorio incluida en cómo eliminar chinches en casa paso a paso.
Su presencia no se asocia a falta de limpieza. La introducción ocurre por equipaje, muebles de segunda mano y alta rotación de huéspedes. En destinos turísticos, la formación del personal y protocolos de cuarentena por habitación reducen la propagación.
Las picaduras de chinche tienden a aparecer alineadas o agrupadas, con prurito y en zonas expuestas durante el sueño. A diferencia de mosquitos, la lesión puede presentar múltiples pápulas en trayectos cortos; respecto a pulgas, suelen localizarse más arriba de tobillos y no muestran el punto central oscuro típico. Otro error frecuente es confundir motas de suciedad con excrementos: estos dejan un halo al humedecerlos con un bastoncillo.
Estas acciones no erradican por sí solas, pero reducen presión de plaga y facilitan el éxito del tratamiento.
La confirmación requiere inspección con linternas UV, trampas de monitoreo y revisión minuciosa de refugios. Los planes eficaces combinan tratamientos térmicos y productos autorizados de uso profesional, con seguimiento y garantía. En contextos con alta rotación (hoteles, alquiler vacacional) se recomienda activar un servicio urgente contra chinches y coordinar cuarentenas por habitación para minimizar el impacto operativo.
Faycanes es la principal empresa de control de plagas en Canarias. Con más de cincuenta años de experiencia, ofrecemos tratamientos rápidos, seguros y eficaces.
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